lunes, 19 de marzo de 2007

En la niebla (7)

Denise miraba el techo. No podía dormir, estaba físicamente extenuada y pletórica al mismo tiempo. Nunca se había sentido así y eso la preocupaba ¿qué era lo que había hecho? ¿Por qué lo había hecho?

Se giró, a su lado aunque no muy cerca, lo suficiente para saber que estaba desnudo y sentir el olor embriagador de su piel, dormía Duncan. Cerró los ojos intentando dormir, pero cada vez que los cerraba una sensación volvía a su cabeza, la de sus manos recorriéndola entera, la de su piel rozándola, la de su lengua recorriendo su cuello…

No había dejado un milímetro de piel libre sin conquistar. No la había dejado parar ni un segundo, la había devorado, destrozado,… Había sido un par de horas antes, y aún así, le costaba pensar.

Se sentó en la cama y dejó caer la chaqueta del pijama, se quedó desnuda, con las manos acariciando su piel, preguntándose de nuevo porqué había pasado todo aquello. La piel le latía, y sabía que olía a él. Levantó una de las manos a la altura frente a los ojos, la acercó a la nariz, olía a él, a ese tabaco que fumaba, a su saliva… la había lamido entera… a su sudor, nunca antes había sentido algo así, él la había cubierto por completo con su cuerpo, piel contra piel, poro contra poro.

Acercó la punta de la lengua a uno de los dedos… sí, era así como sabía, a esa mezcla de colonia, tabaco, y sudor que la había envuelto por completo. Ella también había lamido su cuello, su pecho y había bajado hasta su abdomen, pero él no le había dejado llegar más abajo, la había frenado en seco.

Ella sabía que a los hombres les gustaba… pero la verdad era que a Denise no le gustaba hacerlo. A Liam le encantaba, y ella se sacrificaba para complacerle. Pero Duncan no le había dejado, la había apartado y había sido él quien había bajado con su lengua, lentamente por su cuello, apenas había rozado sus sensibles pechos, se había limitado a rodearlos y había bajado hasta su pubis y allí se había detenido, proporcionándole un placer inmenso.

Se fijó en el brillo del móvil sobre la mesita de noche, lo abrió y vio que había varios avisos de llamada. Liam había llamado doce veces. Cogió el móvil, y fue al salón para hablar con él, necesitaba escuchar su voz, quizás dijese algo que aclarase su confusa cabeza.

—Liam… —se quedó muda sin saber que más decirle, pero a él no pareció importarle.

—Nissi… Duncan me dijo que os habéis quedado bloqueados por la niebla.

—Eso parece. ¿Le despertaste?

—Quería hablar contigo. ¿Qué haces?

—Estoy sentada en el sofá de la suite, hablando contigo.

—No parece que tengas muchas ganas de hablar.

—Tú tampoco.

—¿Sigues enfadada por eso? Estabas…

—No estoy enfadada. Duncan cuidó muy bien de mí.

—Se comporta como un padre.

—¿Cómo un padre —le corrigió distraídamente, no le estaba escuchando—,… no. Como un buen amante.

—¿Amante? No me hagas reír. Es viejísimo.

—Pues hace dos horas no lo parecía, te lo puedo asegurar.

—Estás de broma. ¿Le has visto hacer mil flexiones o qué?

—O que... Tengo algo de sueño —colgó el teléfono sin esperar respuesta.

...

—¿Te arrepientes? —su voz sonaba aún más profunda en esa neblina oscura. Denise se abrazaba a si misma, miraba algo fijamente al otro lado de la ventana, nada que Duncan pudiese identificar con claridad.

—Sí, no. No lo sé…

Un pequeño sollozo le hizo darse cuenta de que Denise estaba llorando, y se sintió en la necesidad de borrar todo aquello… era culpa suya, él no…

—No debí…

—No debiste, y yo tampoco. Yo era feliz, todo era sencillo, fácil, ¿Por qué me has complicado la vida? ¡Joder!

—¿Complicado la vida? Olvida lo que ha pasado. Nadie lo sabrá por mí.

—¡IMBÉCIL!

—¿Qué?

—No entiendes nada. No quiero olvidarlo.

Duncan se quedó mudo, sin saber que decir. De todo lo que ella podía haber dicho era eso lo único que podía dejarle atónito. Había jugado sus cartas aquella noche quizás por vanidad, quizás por venganza,... Liam pretendía hacerle perder el control de la compañía que se encontraba en su poder desde la jubilación de Max. Liam le consideraba “demasiado viejo y timorato”.

Duncan conocía el mundo de los negocios, pero entre Max y él siempre había existido un pacto de honor, un “pacto entre ladrones” como solía decir socarronamente Max, y ese pacto Liam lo había roto del peor modo posible.

Había tenido una aclaradora conversación telefónica con Max. Sabía que Duncan conocía a la perfección los planes de su hijo y le recordó aquel “pacto entre ladrones” para conseguir la absolución de su vástago. Le dio su palabra, pero en el fondo de su corazón sabía que necesitaba una compensación, una pequeña venganza.

Le había hecho hasta gracia, llevaba tiempo coqueteando con la idea de dejar la empresa, y había aparecido ella. Pequeña, con aquella voz suave, esos ojos grandes que siempre le habían parecido profundamente tristes y ese ligero aroma a violeta.

—Debí pedir que me cambiaran la habitación.

—¿Esta tarde?

—Esta tarde, ayer, anoche… ¡qué más da!

—¿Te arrepientes?

—De meterte mano, de dormir contigo, de verte desnuda, de tenerte entre mis brazos, de…

—¿Llamamos a Superman? Creo que es capaz de volver atrás el tiempo —su voz rezumaba sarcasmo, al mismo tiempo que sus ojos inundados de lagrimas intentaban detener el torrente que se avecinaba.

Duncan la dejó llorar, aunque le partía el alma que estuviese así por su culpa, aguantó hasta que no pudo más y puso la mano sobre su espalda, bajando suavemente por ella. Un ligero susurro en su oído—: ¿Te sientes bien, Denise? —ella asintió con la cabeza aunque no estaba muy segura de que fuera verdad—. Mientes fatal —dijo con una sonrisa. Ella notó la sonrisa en su cuello, estaba tan cerca que sentía sus labios rozándole la piel —. Sólo es sexo. No es nada especial.

—¿Nada especial?

—Sólo dos seres adultos dándose placer. Vamos a la cama, prometo no violarte.

Ella esbozó una sonrisa y le siguió a la cama, necesitaba descansar. Ya vería las cosas diferentes, con más claridad, por la mañana.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pensé que habías puesto el final...

Mestoydurmiendo...

Goelet dijo...

no, sólo corregí un parrafo de esta parte.

Sat Nam dijo...

¿Cómo sigue? :D

Goelet dijo...

si lo supiera.... :D