Magda reía. Magda reía a carcajadas, muy divertida. No le importaba que la gente de la pequeña cafetería la estuviese mirando. Se había acostumbrado a ser una extranjera en Beijing.
—¿De qué te ríes? —Mei revisaba la mano derecha de Magda.
—Hace más de dos años que me rompí la mano —se quedó muda un instante, recordaba las noches que pasaba en casa de Haan, en las que él la desvestía porque la mano le dolía y aquellas mañanas en las que la ayudaba a vestirse. Hacía tanto tiempo de todo aquello—… Ya se curó.
—Es bueno que pases una revisión.
—Mei… me rompí la izquierda.
Mei muy avergonzada dejó caer la mano de Magda y dirigió su atención a la pequeña Lena, sentada en el regazo de Zhang.
—¿Cuántos meses tiene?
—Casi 8.
—Es un poco pequeña ¿no?
Lena había nacido en una noche de tormenta. Había llegado demasiado pronto y era demasiado pequeña, pero era fuerte y sólo había pasado un par de semanas en la incubadora.
Tenía los ojos de su padre, y el pelo de su madre. La piel tan blanca como la de su madre, pero con la suavidad de la de su padre. Aún no hablaba, pero sabía gritar y llorar.
—¿No es un poco pequeña?
—Mmm… perdona. Sí, nació a los siete meses. Cuando estuve en Portugal.
—Pensé que no volverías.
—Me gusta este país. Tengo que irme. Se me hace tarde —se levantó de la silla y cogió a Lena de la silla que tan amablemente el dueño de la cafetería le había prestado.
—¿Quieres que te acompañe?
—No, sólo compraré un par de cosas en el mercado. No hace falta.
—Pero tienes que cargar con ella…
—¿Quieres venir? —Magda sonrió divertida.
—Bueno… si me necesitas…
—¿Puedes coger a Lena? Aun no le he cogido el tranquillo a eso de atármela al pecho. Me acaba tirando del pelo. Debería cortármelo pero me gusta largo.
Mei cogió a Lena de los brazos de Magda y salieron de la cafeteria.
1 comentario:
Que jodida!
Esto de los capítulos me mata...
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